miércoles, 9 de julio de 2014

Salud Emocional (Introducción)

No son pocas las veces que cuando hablamos de salud nos referimos solo a la ausencia de enfermedad o dolor, sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS), define a la Salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de dolencias o enfermedad, así entonces habremos de englobar estos tres conceptos (físico, mental y social) en la idea que de salud tenemos.

Por ser cualidades propias del ser humano, la salud y la enfermedad han sido desde siempre tema de interés y de estudio.

En las primeras sociedades se consideraba que la enfermedad era causada por demonios que tomaban posesión y control de la persona, y por lo tanto el remedio o la cura era expulsar a estos demonios del cuerpo por medio de diversos métodos y exorcismos.
Una de las primeras civilizaciones en considerar a la enfermedad como un fenómeno natural fue la Griega, claro ejemplo de esto es la teoría de Hipócrates que afirmaba que la enfermedad era consecuencia de un desequilibrio entre los humores que circulaban por el cuerpo, por lo tanto la recuperación consistía en buscar el equilibrio de los mismos.
En la Edad Media la enfermedad se sustento en términos espirituales, el incumplimiento de las leyes divinas desembocaba en la enfermedad. En el Renacimiento se retomaron las explicaciones naturales de la enfermedad, la invención del microscopio, los trabajos de Pasteur, etcétera son cimientos importantes para Medicina moderna.

A partir de ahí el avance de la Medicina ha sido meteórico, sin embargo durante mucho tiempo cuando se hablaba de salud se pensaba solo en aspectos físicos y como algo que hay que conservar o curar frente a agresiones puntuales (accidentes, infecciones,...), utilizando como herramientas la farmacología y la cirugía, dejando de lado aspectos psicológicos y conductuales.

Ya mencionamos que la salud, según la OMS, es el completo bienestar físico, mental y social, dejemos de lado por un momento los aspectos sociales y físicos o biológicos  y centrémonos en los aspectos mentales, psicológicos y emocionales.

Hoy en día se considera a la Salud como algo que hay que desarrollar y no como algo a conservar, de igual manera en la actualidad hay mucha evidencia de que nuestra salud esta profundamente influenciada por nuestra conducta y pensamientos.

Cuando hablamos de conducta nos referimos a nuestros hábitos, mantener hábitos saludables,  buscar practicar en nosotros una medicina preventiva, obedecer las indicaciones médicas, etcétera,  produce frutos muy positivos en nuestra salud.

Nuestros sentimientos, pensamientos y emociones pueden tener efectos positivos y negativos en nuestra salud, mantener emociones negativas constantes o por largos periodos de tiempo, traen como resultado niveles muy altos de estrés, y esté esta asociado a una gran variedad de efectos negativos en nuestra salud que pueden ir desde enfermedades cardiacas, coronarias, cáncer, hasta la supresión del sistema inmunitario.

El Doctor y Fisiólogo Hans Selye (1907-1982), investigó los mecanismos y efectos del estrés en nuestra vida y afirmo que: "El hombre moderno tendrá que aprender a manejar el estrés o estará condenado al fracaso, la enfermedad y la muerte prematura".

Sabiendo esto podemos deducir la importancia que tiene en nuestras vidas tener actitudes y pensamientos positivos, es importante también ir corrigiendo emociones y sentimientos negativos como la ira, el rencor, el resentimiento, la culpa, sentimientos de inferioridad, el miedo, el odio, que tienen efectos negativos en nuestra salud.

La intención de este escrito es hacer una pequeña introducción a los efectos que nuestros pensamientos, emociones, sentimientos y actitudes pueden tener en nuestras vidas, en próximas entregas profundizaremos en el tema y daremos algunas sugerencias y herramientas para poco a poco ir construyendo una inteligencia emocional saludable.

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